Cd. de Dzitbalché, Campeche
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ENRIQUE HERRERA MARÍN

                          
                              ENRIQUE HERRERA MARÍN


      Enrique Herrera Marín nació en la villa de Dzitbalché el 15 de abril de 1934, siendo el menor de los cinco hijos del matrimonio formado por Carlos Herrera Cruz y Doña Ignacia Marín Salazar. De origen humilde, su padre se dedicaba a las tareas del campo, menester en el que también estuvo nuestro personaje durante parte de su niñez.
Sus primeros estudios los realizó en la Escuela Primaria del Barrio de San Feliciano, hasta el cuarto grado. Como era una institución de organización incompleta, el quinto y sexto grados los estudió en la escuela “Julio Molina”, colegio que formaba parte de la Escuela Normal Rural “Justo Sierra Méndez” de Hecelchakán, la bien llamada “sabana del descanso”. ciudad donde estuvo ocho calendarios, de 1946 a 1954; año en que se graduó como profesor de educación primaria.
HABILIDAD INNATA
Cuenta el destacado artista que cuando frisaba los seis años de edad, en una gira de trabajo que realizaba en Dzitbalché el gobernador del Estado, Dr. Héctor Pérez Martínez, éste visitó la escuela primaria del Barrio de San Feliciano; lugar donde estudiaba la primaria el futuro pintor. Mientras el mandatario estatal pronunciaba un discurso ante maestros, alumnos y padres de familia, el pequeño Enrique “armado” de papel y lápiz hizo un boceto del rostro del gran político campechano. Cuando lo tuvo listo, sin pensarlo dos veces y lleno de entusiasmo, se abrió paso entre la gente y se lo entregó al ilustre visitante. El Dr. Pérez Martínez tomó el papel y enseguida reconoció que el niño había hecho un retrato suyo. El gobernador quedó gratamente sorprendido por la obra del precoz artista. Sonriente sacó su billetera y le entregó a Herrera Marín diez pesos en papel moneda como premio a su innata habilidad y lo exhortó a estudiar más y a seguir adelante con su arte, porque con toda certeza en un futuro no lejano; el pequeño Enrique llegaría a ser un gran pintor. En los años cuarentas eran muy contados los hijos de campesinos que podían aspirar a una carrera profesional, porque no contaban con los recursos económicos para ese propósito. Además, la región del Camino Real padecía de la falta de oferta educativa en gran cantidad y diversidad. Por ello, es justo reconocer el esfuerzo que hizo el joven y prometedor difusor de la cultura maya.
SU VIDA MAGISTERIAL
Enrique Herrera Marín se graduó como profesor de educación primaria en junio de 1954. En septiembre de ese mismo año comienza su vida magisterial en un pequeño pueblo llamado Puerto Rico, perteneciente al municipio de El Carmen. De ahí pasó a Candelaria, El Pocito, Pustunich, San Nicolás, Bécal y Dzitbalché. Ya establecido nuevamente en el terruño su tiempo libre lo dedicaba a pintar, mayormente paisajes campestres no afines al entorno natural local. También realizaba retratos de personajes históricos y de políticos, como lo demuestran los cuadros de Don Miguel Hidalgo y Gustavo Díaz Ordaz, obras que pintó en la primera mitad de la década de los sesentas. Muy probablemente en aquellos años estaba en etapa de transición hacia un estilo definitivo.
Herrera Marín se ha dado tiempo para cultivar otras facetas de las bellas artes como la música. Es aficionado a tocar la guitarra y al canto, sobre todo interpretar canciones clásicas de la música popular romántica. Su innata inclinación hacia la música lo llevó a formar un grupo musical infantil allá por el año de 1966, llamado “Los Sobrinos”. Le puso ese nombre porque él era tío de tres de los cinco pequeños “músicos”. Obviamente el maestro Enrique era el director del grupo y llevaba el ritmo de cada melodía con su alegre guitarra. Y por si fuera poco, contaba con tres bailarinas infantiles que eran las niñas Angelita y Lupita Ramírez Turriza y María Giovanna Pech Pérez. Integraban el conjunto musical, Juan B. Kú Herrera, cantante; Juan Bautista Puc Canul, vocalista y maracas; Manuel Herrera Mas voz y güiro; Enrique Herrera Mas, bajista, y Jorge Jesús Tun Chuc, “baterista”. El bajo no era más que una paila de lámina galvanizada colocada de cabeza con un agujero en el centro, del que salía una cuerda. En el otro extremo la soga estaba unida a una tabla plana como de un metro de largo. La parte inferior de la madera tenía una ranura que encajaba en el borde de una paila. El bajista descansaba una pierna sobre el utensilio para hacer contrapeso, mientras las manos del “músico” daban sonido y cuerpo a la música.
Este “instrumento” musical lo popularizó en Dzitbalché, el extinto Don Manuel Ramírez, hombre muy creativo y buen amigo, quien tocaba en festivales y bares locales hasta su fallecimiento en 1989. Algunos dicen que es invención a quien cariñosamente le decían “Huech” Ramírez.
Pues bien, el conjunto musical “Los Sobrinos” actuaban en los festivales que organizaba la Escuela Primaria “Ángel Castillo Lánz” en el teatro del viejo edificio de esa institución.
En una visita que hizo a Dzitbalché el Lic. Carlos Sansores Pérez (+) como candidato a la gubernatura del estado, “Los Sobrinos” actuaron durante ese acto político realizado en el Cinema Renacimiento. Esa noche, ocho nerviosos niños guiados por el Profr. Enrique Herrera Marín fueron recompensados con mil de aquellos viejos pesos del año 1967. Los niños que tuvieron el gusto y la oportunidad de experimentar en su compañía muchos días de ensayo y momentos de camaradería, hoy como adultos; reconocen, agradecen y aplauden el gran don humanista del maestro Enrique.
En el aspecto educativo, en Dzitbalché trabajó como docente en la Escuela Primaria “Ángel Castillo Lánz”, desde principios de los años sesentas hasta 1972. en el año de 1970 formó parte de la plantilla de maestros de la Escuela Secundaria Estatal por Cooperación “Lázaro Cárdenas”, institución que posteriormente se convirtió en la Escuela Secundaria Técnica No. 14 local. Durante ese lapso de dos años se desempeñó como maestro de dibujo artístico en la Escuela Normal de Profesores de Calkiní y en el FONAPAS, hoy Casa de la Cultura de esa misma ciudad.
NUEVOS HORIZONTES
El año de 1966 aparece como fecha importante en la vida de Enrique Herrera Marín, porque es precisamente cuando decide buscar nuevos horizontes en su formación profesional y artística. Se inscribe como alumno en la Escuela Normal Superior de México, en la Licenciatura de Artes Plásticas, estudios que termina en 1972. Esto lo anima a solicitar ante la SEP su cambio de adscripción al Estado de Morelos. Su petición es aprobada y se traslada con su familia a Cuernavaca, “la ciudad de la eterna primavera”.
Ahí logra el contrato de una plaza como maestro de dibujo técnico en la Escuela Secundaria Federal No. 2 de esa florida ciudad. Desde su llegada a Cuernavaca el maestro Enrique rápidamente se dio a conocer tal como es, un hombre responsable, amable, sobre todo amigable y sincero, muy entregado al trabajo y siempre dispuesto a colaborar con los demás. Estas virtudes fueron sus mejores cartas de recomendación, por ello; no pasó mucho tiempo cuando fue llamado por las autoridades correspondientes, para impartir cursos de dibujo y pintura en el Instituto de Cultura de Cuernavaca.
El reconocido artista dzitbalchense tiene entre sus principios, el de siempre dejar una huella perenne que deje constancia de su aportación a la cultura de la comunidad que lo ha alojado con generosidad. Leal a sus ideales, toma la iniciativa creando un bello y magno mural en la Escuela Secundaria Federal No. 2 de la ciudad capital morelense, titulado: “La Revolución en marcha”. Es una obra pictórica que mide 7 metros x 3 metros. Queda para la posteridad la herencia de un campechano universal para las presentes y venideras generaciones de esa tierra bella y señorial.
En este mural el maestro Herrera Marín muestra en los rostros duros de los personajes, el sufrimiento y el dramatismo de la epopeya protagonizada por el pueblo mexicano en aras de una Patria más justa y democrática.
EL REGRESO A CASA
Su arraigo en la ciudad de Cuernavaca parecía que marchaba sin contratiempos. Gozaba de una vida familiar estable, en el medio social, educativo y cultural era muy apreciado por su gran calidad humana. En pocas palabras, se le consideraba uno de los hijos adoptivos distinguidos de esa urbe.
Sin embargo, en el año de 1982 empezó a sentir nostalgia por la tierra que lo vio nacer, el llamado de la sangre tenía el efecto de un imán en su espíritu; extrañaba a sus hermanos y a sus amigos de toda la vida.
El incontrolable deseo de volver a casa pudo más que la posición privilegiada que tenía en Cuernavaca en todos los aspectos. Así, al término del ciclo escolar 1981-1982, regresó al Estado de Campeche. Pero su retorno le sirvió para escalar un peldaño más en la cuesta de su realización y superación personal. Al iniciarse el siguiente calendario lectivo es nombrado director fundador de la Escuela Secundaria Federal No. 12 de la hoy Villa de Pomuch, donde permanece hasta junio de 1985.
Al entrar en vigor el ciclo escolar 1985-86 lo hace como director de la Escuela Secundaria Federal No. 4 de Hopelchén, en la región de los Chenes. Durante ese año meditó profundamente sobre su futuro y, finalmente, decidió jubilarse del servicio docente para dedicarse a lo que siempre la ha gustado: la pintura.
Ahora disponía del tiempo que fuese necesario para planear sus metas y observar profundamente las ricas canteras natural y social del Mayab que son el origen y razón de ser de sus expresivas obras pictóricas.
LA ETAPA MÁS PROMINENTE
A partir del año 1986, es cuando Enrique Herrera inicia una producción prolífica que se enriquece y decide avecindarse en la ciudad de Mérida, donde pasa a formar parte del grupo Art’ Ho’ que aglutina a lo más granado de la plástica yucateca. Esta selecta institución es dirigida por el prominente artista del pincel Manuel Lizama Salazar.
Con sus compañeros de oficio intercambia experiencias y también aprende de ellos. En breve tiempo se dio a conocer como poseedor de una técnica y un sello personal en los trazos que identifican sus obras que se alimentan con una acentuada expresión de tonalidades ocres y cafés, como el mismo dice: “buscando transmitir obras cálidas, con sabor a pueblo”.
Buena cantidad de su producción dan vida a las paredes de distintas oficinas de Gobierno y del propio Instituto de Cultura de Yucatán.
Por fin, el maestro se encontraba en su verdadero mundo, en el que realmente deseaba estar: en la vida y la filosofía cotidiana de los hombres y mujeres del Mayab. Es el artista por excelencia que redime a través de sus obras, la grandeza de la raza maya. Y lo hace con prestancia y pasión, valores heredados de sus antepasados.
El ameritado maestro pinta por inquietud de expresión. No tiene prisa en terminar algún cuadro; pero eso sí, se afana en poner en juego todas sus habilidades mentales y motrices. Durante ese tiempo, él se transporta y vive en el universo del estilo costumbrista, que es el que finalmente se refleja en sus magistrales trabajos. Practica la acuarela, pero más el óleo en tela, técnica que caracteriza a la abundante producción de este artista dzitbalchense. A la pregunta de cuál es el mejor cuadro que ha creado, el maestro escucha atentamente, reflexiona cuidadosamente y luego responde: “No puedo mencionar cuál es mi mejor cuadro, ni tengo preferencia por alguno en especial. Sólo sé que cuando termino u n trabajo y está a mi gusto, lo firmo. Así lo sigo haciendo”.
A Herrera Marín no lo marea ni le quita el sueño el hecho de ser un artista con fama y reconocimiento provenientes de colegas suyos, académicos e instituciones. Su mérito y valía como artista difusor y creador de cultura han traspasado las fronteras de México. Una buena parte de su vasto filón pictórico ha pasado incrementar colecciones privadas de norteamericanos, españoles y japoneses y, obviamente, ha vendido muchas de sus obras a mexicanos, incluso a gente de Dzitbalché que admira y valora su arte en su real dimensión.
Nuestro personaje ha realizado exposiciones de sus cuadros en los once municipios de nuestra Entidad y en otros del hermano Estado de Yucatán, así como en la misma Cuernavaca, Morelia, en el Poliforum Siqueiros de la Ciudad de México. Como también las ha realizado en Matamoros, León, Aguascalientes, Villahermosa y la blanca Mérida.
La obra pictórica del maestro Herrera Marín es tan amplia y variada que, ni él mismo sabe a ciencia cierta la cantidad exacta. Solamente el ex gobernador de Yucatán, el Lic. Víctor Manzanilla Schaffer obtuvo nada menos que sesenta y tres obras de este artista campechano. El desaparecido historiador, educador y ex director de la Escuela Normal Superior de Yucatán, Profr. Antonio Betancourt Pérez, compró veinticuatro cuadros del prolífico pintor dzitbalchense. Esto nos da una clara idea de la calidad de los trabajos de este consumado maestro del pincel, quien ha puesto en alto el nombre de Dzitbalché, dentro y más allá de nuestras fronteras.
No es posible enumerar en un espacio limitado todos los títulos de su numerosa producción, pero he aquí algunos: “Boda mestiza”, “El cazador”, “La hacienda”, “El mercado”, “La fiesta de mi pueblo”, “Háanli cool”, “Sin título”, “La plaza principal de Dzitbalché”, “La vendedora”, “La charanga”, “El puerto de Campeche”, “El observatorio astronómico” y “El aguador”.
.
Herrera Marín, considera que su misión como artista del pincel no ha concluido, aún tiene energía para cultivar la actividad que es su modus vivendi. Por tanto, no es difícil de concluir que por un tiempo indefinido, seguirá contribuyendo a enaltecer la grandeza de la gran raza del Mayab. Con toda propiedad y justicia, el maestro Enrique Herrera Marín es llamado “El pincelador del alma maya”.


*Investigacion del Prof. Jorge Tun Chuc.
*Fotografía. (Santiago Canto Sosa, www.calkini.net)
 
Dzitbalché, Campeche, Mex.  
  DZITBALCHÉ, DZITBALCHÉ,
UN POEMA QUISIERA YO HACER
A TUS PRECIOSAS MUJERES;
A TU GENTE SIN IGUAL, A TUS
GLORIOSOS CANTARES,
"CIUDAD BONITA DEL CAMINO REAL"

J.L.PEÑA
 
KAY NICTÉ (CANTARES DE DZITBALCHÉ)  
  LA BELLÍSIMA LUNA
SE HA ALZADO SOBRE EL BOSQUE;
VA ENCENDIÉNDOSE
ENMEDIO DE LOS CIELOS
DONDE QUEDA EN SUSPENSO
PARA ALUMBRAR SOBRE
LA TIERRA, TODO EL BOSQUE...
DULCEMENTE VIENE EL AIRE
Y SU PERFUME...

AUTOR: ANTIGUOS MAYAS DE DZITBALCHÉ
 
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