HUN-DZIT-BALCHÉ
Sobre el origen y significado de la palabra Dzitbalché, existen varias versiones. Una de ellas señala que cuando el conquistador Francisco de Montejo “El Mozo” llegó hasta los dominios de los Canché, escuchó que los indígenas llamaban a este lugar “Ich balché” que significa “entre el árbol de balché”. Pero la más creíble es la que en sus raíces mayas dice: Jun (uno o una) dzit (vara delgada de madera) y balché (pitarilla).
La corteza y las flores del balché eran utilizadas por los antiguos mayas como materia prima para la preparación de una bebida alcohólica a la que se agregaba miel de abeja y agua como ingredientes complementarios. Su elaboración sólo estaba permitido a los j-meno’ob (sacerdotes). El consumo del balché estaba reservado para ocasiones especiales como ceremonias religiosas y festividades en las que participaba todo el pueblo.
Los Canché fundan Dzitbalché
Al llegar a este punto surge una pregunta obligatoria ¿Quiénes habitaban estas tierras antes de la llegada de los canulo’ob?
Según los últimos resultados de las investigaciones de la arqueóloga Lorraine Williams-Beck, los primeros asentamientos humanos en el área de Dzitbalché se remontan aproximadamente al año 100 d.C. Hacia el año 600 de nuestra era, surge la ciudad de Xuch como importante centro urbano, situado a unos quince kilómetros al oriente de Calkiní. Su período de mayor esplendor se ubica entre el Período Clásico Terminal y el Postclásico Tardío (600-1400 d.C.), es decir, hasta poco antes de la llegada de los hermanos Canul. ¿Pero que tiene que ver esto con la historia prehispánica de Dzitbalché? Bien, según Okoshi Harada- Williams-Beck, es muy probable que Xuch haya sido un importante centro administrativo del poder local de los Canché.
En su tiempo y circunstancia, la influencia del Batabil de Dzitbalché se extendió hasta Tzemez Ak’al, ciudad vecina de Uxmal que era controlada por el linaje Mut. El Batab Na Couoh Mut contrajo matrimonio con la hija de Na Poot Canché, quien era un importante personaje político en el ámbito local. Esta singular alianza permitió a los Canché, la formación del Kúuchkabal de Dzitbalché. Sin embargo, este cacicazgo nunca pudo compararse con otras importantes ciudades mayas del área Puuc. Algunos vestigios de construcciones saqueadas que se encuentran al oriente, son las únicas pruebas de la ancestral grandeza de la influencia de los Canché.
Muy probablemente a la llegada de los españoles al centro urbano de Dzitbalché ya se encontraba en un sitio urbano conocido como May-K’eek’en, llamado así porque en este lugar se encontraba una caprichosa formación pétrea natural, semejante ala pezuña de un cerdo. Posteriormente, durante la época colonial, el centro poblacional se estableció en Noh-Caj (Pueblo Grande o Pueblo Viejo). Paulatinamente, el corazón de la ciudad de Dzitbalché fue situado definitivamente en el área circundante de la Parroquia de la Asunción, templo iniciado en el año de 1768.
La llegada de los Canul
En 1441, aparece en Mayapán un grupo de individuos, todos ellos hermanos, que e hacían llamar Canul o Canuloo’b, término que significa “guardianes”. Algunos autores afirman que procedían del Petén Guatemalteco, otros señalan que eran de origen tolteca. En todo caso, lo cierto es que fueron contratados por el Cocom con el propósito de se desempeñaran como estrategas militares en el resguardo de las entradas de la amurallada ciudad de Mayapán.
Ese mismo año, sobrevino el choque armado entre los Cocom de Mayapán y los Xiu, antiguos aliados suyos. No obstante, teniendo la ayuda de los Canul, el destino de la ciudad fortificada tuvo un dramático final al ser destruida por los feroces huestes de Ah Xupan Xiu, gran señor de Uxmal.
Pero ¿Qué tiene que ver toda esta trama con los orígenes de Dzitbalché?
Mucha influencia tuvo la presencia de estos mercenarios en el cambio del trazo de la geopolítica de la región, así como el nombre de los ejecutores en el poder local.
Ante el debacle de la antigua Mayapán los guardianes “extranjeros” iniciaron su desplazamiento con un rumbo al sur, específicamente a la región actual del Camino Real.
Según el Códice de Calkiní eran nueve hermanos que salieron de las ruinas de la derrotada ciudad-estado. Sin embargo, en este documento se enumeran a ocho de ellos: Ah Tzab Canul, Ah Kin Canul, Ah Paal Canul, Ah Sulinn Canul, Ah Chacah Canul, Ix Pacab Canul y Nah Bich Canul.
¿Cuál era el nombre del noveno de los hermanos? ¿Existe acaso un error en el Códice o tal vez fue alterado a propósito? Este manuscrito del siglo XV se omite totalmente el nombre de uno de los emigrantes. Los estudios del eminente mayista japonés Tsubasa Okoshi Harada arrojan algo de luz a este misterio.
Los Canché alteran el Códice
De acuerdo con la hipótesis de Okoshi Harada, los Canché borraron del Códice el nombre de unos de los hermanos Canul, para incluir el de su antepasado Na May Canché.
Por ello, en la página trece de ese documento se lee: “Mi gran hermano Na May Canché, salió de los intramuros de Mayapán en compañía de su Batabes”.
Siguiendo la versión de Okoshi Harada, los Canché manipularon el manuscrito a favor de su linaje. Entonces, ¿Alguna vez tuvieron acceso al Códice? Algunos antecedentes históricos dan forma veraz a la hipótesis del investigador japonés.
En 1541, Francisco de Montejo, “El Mozo” se estableció en la ciudad de Campeche. Desde ahí, convocó a los batabes de la región para presentarse ante él y manifestarle su obediencia incondicional. El llamado del conquistador no tuvo la respuesta que se esperaba, especialmente la negativa de Na Chan Canul, Batab de Calkiní; esto encolerizó al jefe militar español. Sin otra opción, Montejo “El Mozo” ordenó a su primo del mismo nombre, apodado “El Sobrino” someter por la fuerza al rebelde del cacicazgo de los Canuloo’b.
Para ese tiempo, los Ah Canul no eran bien vistos por los líderes descendientes del Batabil de Dzitbalché, conquistados por los nueve hermanos. Así, cuando Francisco de Montejo “El Sobrino” enfiló sus tropas rumbo al Camino Real, muchos indígenas inconformes se unieron a la causa del militar español, peleando en contra de un enemigo común: el cacicazgo centralista del Calkiní.
Na Poot Canché se sumó a las fuerzas de Montejo. Esto explica satisfactoriamente el porqué los defensores de los Ah Canul fueron derrotados con relativa facilidad a pesar de la tenaz resistencia que opusieron. Na Chan Canul y sus principales colaboradores cayeron prisioneros, corriendo posteriormente la peor de sus suertes. Como recompensa, el guerrero dzitbalchense fue coronado nuevo Batab de Calkiní.
Conclusión
Inteligentemente los genuinos fundadores d Dzitbalché, aprovecharon su breve alianza con los españoles para cobrarse venganza de los Canul, cuyos antepasados les arrebataron el poder cien años atrás.
El Códice de Calkiní empezó a ser escrito en 1589 por los descendientes de los Canul y los Canché. Para ese tiempo la vida colonial en estas tierras de antiguas discordias ya tenía algo más de treinta años en curso. Esto influyó determinantemente para que los Canul nunca recuperaran el control político totalitario que ilegítimamente detentaron durante un siglo. Para los Canché por su parte, su regreso a las esferas del poder se convirtió en una victoria fugaz y simbólica.
De la grandeza del K’uuchkabal de Dzitbalché, materialmente hablando no queda nada. La acción de los elementos del medio, como es la selva y la destrucción causada por la mano del hombre, han borrado sus últimos vestigios.
El único testimonio que avala la importancia y versatilidad de nuestra cultura autóctona local, es una obra literaria única en todo el mundo maya: “Los Cantares de Dzitbalché”.
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